1. Pedir el café molido fino para sacar bien los sabores. Si usas una molienda media o gruesa vas a terminar con una taza de café débil, mejor conocido como "ralo".
2. Agregue el agua y caliente para minimizar el tiempo de contacto entre el agua y el café.
3. Cerrar muy bien la moka para que no tenga fugas.
4. Servir inmediatamente y quitar del fuego la moka.
5. Lavarla muy bien pero con jabón sin olor.
Si su moka tiene fugas, es hora de cambiar el paquete.